El 14 de marzo, el Sevilla recibirá al Betis en la 27ª jornada de la liga española. Un derbi es siempre un mar de emociones, de presión por parte de todos y de ganas de ganar a toda costa.
Quizá podamos decir que el Sevilla está en crisis. Un equipo que, hasta hace poco, mostraba un fútbol consistente y producía resultados consistentes, cayó en la Liga de Campeones, perdió dos veces con el Barcelona e incluso perdió con el Elche. Los andaluces sólo tienen una victoria en sus últimos seis partidos, ante Osasuna en Pamplona.
Probablemente se puede decir que el Betis se enfrenta al Sevilla en un momento conveniente. Mientras que el equipo de Julen Lopetegui no ha estado impresionante en cuanto a resultados, a los blancos les ocurre lo contrario: han ganado cuatro seguidos, con cinco victorias en las últimas seis jornadas de la liga española. ¿Continuará la racha al final del partido más crucial para ambos equipos en Sevilla?
Tras despedirse de la Copa del Rey y luego de la Liga de Campeones en el espacio de una semana, el Sevilla de Julen Lopetegui no tiene más remedio que centrar sus esfuerzos en la parte final de la temporada en la liga. El equipo rojiblanco estará llamado a defender la cuarta plaza que vale la clasificación para la próxima Liga de Campeones frente a los ataques de los competidores directos y entre los que se encuentra a 6 puntos el Real Betis Cousins que con un éxito en el segundo derbi de la temporada reduciría a la mitad la desventaja.
En Dortmund, en la Liga de Campeones, el Sevilla lo intentó tras perder el primer partido 2-3, pero a pesar del asalto final, se detuvo en el 2-2. Fue el primer resultado útil después de 3 derrotas entre la liga y la copa nacional. El Real Betis, entrenado por el chileno Mauricio Pellegrini, goza de buena salud: 4 victorias, todas por medida, y la última 3-2 en su propio campo y en una remontada contra el Deportivo Alavés tras ir perdiendo 0-2.
El partido de ida terminó 1-1. En el partido de vuelta, el público no estará para ayudar a los anfitriones y condicionar a los invitados, lo que podría cambiar la balanza en un desafío que vale mucho en la carrera de la Liga de Campeones. El objetivo es menor que no tenerlo, pero no es una conclusión inevitable. Estas son las ocasiones en las que merece la pena arriesgarse.
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